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Este año se llevó a cabo el foro de debate virtual RE.SCHOOL, en el que participaron 4000 docentes y directores de colegios de 43 países, sobre todo de España, México, Estados Unidos, Argentina y Perú, con la finalidad de proponer ideas y compartir experiencias para adaptar el futuro de la enseñanza a la nueva normalidad. Una conclusión en la que estuvo de acuerdo la mayoría de los participantes fue que para diseñar un buen contenido curricular es necesario tener bien claro qué tipo de alumnos se quieren formar, qué metodologías se deben usar y qué recursos permitirán desarrollar esas metodologías.

Según el informe «RE.SCHOOL: retrato robot de los colegios del futuro», elaborado a partir del cónclave virtual, los docentes deben cambiar su arquitectura mental y centrarse no solo en los temas a tratar sino en el aprendizaje integral del ser humano planteado en un currículo evolutivo. En sentido, el cofundador de Genially, Luis García, usó el término «educación bulímica» para hacer una crítica al método de aprendizaje tradicional por su semejanza con ese trastorno alimenticio: tragar, vomitar y después olvidar.

En este contexto, el papel de la tecnología puede ser doblemente valioso: como un apoyo para integrar los diferentes elementos del aprendizaje en la ejecución de la clase y como herramienta para trabajar el contenido curricular de las asignaturas. Además, puede ayudar en el objetivo de hacer los currículos más dinámicos y adaptables a las realidades de los colegios, de los países y del momento en que vivimos.

Competencias y autonomía 

De acuerdo al informe, esta época de crisis mundial puede aprovecharse para empezar a apostar por una propuesta pedagógica centrada en un aprendizaje por competencias (50% contenidos y 50% competencias), que incluya el mundo de las emociones, pero también el pensamiento crítico, el creativo, la educación del carácter, el acompañamiento personal, el trabajo en equipo, el meta aprendizaje y la resolución de problemas.

Los profesores deben perder el miedo a priorizar estos aspectos y dedicarles el espacio y tiempo necesarios, sin perder el rigor en cuanto a los contenidos y enfocándose en el alumno como protagonista de su aprendizaje.

La autonomía de los alumnos es otro aspecto crucial a considerar para diseñar contenido curricular, estimó Jorge Yzusqui, cofundador de Innova Schools. «Los currículos rígidos tratan a todos los alumnos por igual y no les dejan ningún margen para decidir qué quieren aprender y cómo lo quieren hacer. Muchos se han visto perdidos y los docentes coinciden en apuntar que los alumnos que han respondido mejor a la crisis no son aquellos con más dispositivos, sino los que tienen una mayor estabilidad emocional, autonomía y capacidad de organización y autorregulación«, señaló.

Considerando esto, los docentes deberían acompañar a los alumnos para que aprendan a ser autónomos y resilientes, ofrecerles herramientas para hacerlo y para que respondan solos a esta situación sin depender de sus padres. Un recurso tecnológico útil para fomentar esta autogestión del tiempo y de las tareas son las hojas de ruta diarias mediante metodologías como Kanban, que generan independencia en el aprendizaje.

Claves para la enseñanza online 

Estos son algunos trucos para la gestión del aprendizaje online, compartidos por la consultora y psicóloga educativa Lola Reeves:

• Es imprescindible que todos los alumnos tengan las cámaras encendidas para mantener el contacto visual y establecer turnos para el uso de los micros. Los estudiantes también pueden compartir aportaciones utilizando la caja de participación o chat.
• Dedicar un tiempo al inicio de la sesión para explicar cómo entregar las tareas o trabajos, unificar formatos y facilitar la corrección al docente. «Ayudarles a ayudarnos».
• Comunicar de forma motivadora y personalizada.
• Usar screen casting (compartir pantalla) para corregir trabajos escritos, dar feedback personalizado, dar instrucciones, crear tutoriales, ser inclusivos con los niños con necesidades educativas especiales, y desarrollar habilidades de escritura, lectura y comunicación oral.
• En trabajos en grupo, los share charts o rúbricas de autoevaluación son muy útiles para seguir la evaluación del trabajo colaborativo.

Además de las propuestas de los especialistas, ¿Qué otras iniciativas consideras que ayudarían a mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje en el contexto de la educación a distancia?

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